RIEB

El fracaso de la RIEB está determinado por factores sustantivos:
1. El lugar en el que se produce el curriculum propuesto está muy lejos de la realidad que pretende cambiar.
2. Los hacedores del curriculum tienen años alejados de lo que ocurre en los centros escolares. Están refugiados en la administración educativa; muchos de ellos sin haber pisado nunca un aula de educación básica y, peor aún, sin haber conducido un proceso de aprendizaje con niños o con adolescentes. ¡En el caso de la AFSEDF despacha una Arquitecta como Directora General de la Gestión y la Innovación Educativa! Sin menospreciar su profesión, llama la atención que no cubra el perfil profesional ni de experiencia necesaria, estipulado por la Secretaría de la Función Pública, para ocupar un cargo de tan alta responsabilidad.
3. En la RIEB se señala alcanzar todo lo que los diseñadores de escritorio nunca lograrían alcanzar con los niños y jóvenes de hoy.
4. No se atiende el objetivo y tarea principal del profesional de la educación: Hacer que los sujetos en formación aprendan
5. El sindicato mantiene incólumes sus mecanismos de control y de cooptación. Lo que menos interesa es el desarrollo de competencias en los menores en formación. Les interesa seguir siendo ellos competentes para mantener sus privilegios
6. Una estrategia fundamental para la RIEB es el PETE. En este docuemento se señala que debemos orientar los esfuerzos para que los escolares "mejoren sus resultados". No se considera la construcción de ciudadanía participativa, la situación de dependencia y control en que conviven con los adultos, la epistemología del aprendizaje y el conocimiento. En los centros educativos se sigue enseñado a callar, obedecer y satisfacer las demandas del adulto.
7. La estructura educativa (Supervisiones, Administradores) no ha variado un ápice sus formas de hacer y de solicitar. No hay espacio para el trabajo colaborativo o para la discusión en colegiado. La propuesta es una falacia. Los supervisores, jefes de sector (en primaria), los administradores educativos siguen exigiendo silencio de parte de los maestros, obediencia de los padres y consideran sus espacios de acción como señoríos feudales. Ello opera en detrimento de la propuesta para el éxito del PETE