domingo, 24 de mayo de 2009

El enfoque aprenditivo

“…Tuve que escribir Mindstorms y desarrollar el Logo para descubrir cuántos otros profesores son unas personas maravillosas; es la escuela la que los disfraza de algo que no son”
Seymour Papert

Elisa

Desde temprana hora, la Escuela Primaria a la que asiste se ha llenado de personajes: antes que nadie llegaron su mamá y sus dos tías con la abuela Macarena. El director, cosa rara, lleva corbata y saco; su maestra Delfina, más maquillada que otros días, exuda un perfume con intenso olor a rosas. A Elisa le compraron una blusa y un chaleco. Sus zapatos, limpios y pintados con nugget, lucen mejor que otros días a pesar de mostrar dos grandes agujeros en las suelas. Una maestra gordita, que le han dicho “es la supervisora”, se acomoda el peinado y junto a ella está el maestro Salvador, a quien conoce porque en el recreo siempre sale por sus tacos. Es el Jefe de Sector.

Ella se muestra nerviosa y feliz. La ceremonia que iniciará se planeó para entregarle un Diploma por su participación en la Olimpiada del Conocimiento. Aunque no ganó en la siguiente etapa, le han dicho que debe estar orgullosa porque “derrotó” a 74 concursantes del Sector, cada uno representante de su plantel. Ella hace cuentas: si cada escuela tiene 100 alumnos en sexto, es la mejor entre 7400 alumnos. A pesar de haber perdido en la etapa Dirección Operativa piensa: “derroté a más de 7000 alumnos… ¡Vaya que debo sentirme orgullosa! “.

La llaman para que se coloque entre el maestro Director y el Profesor Salvador; cruza aceleradamente frente a sus compañeros de sexto; algunos de ellos callan, otros le aplauden. La mayoría permanece indiferente, no pocos se burlan de su atuendo y sus colitas. Son los 103 derrotados de su escuela. Elisa no sabe que desde hoy y hasta su salida de sexto, convivirá con 103 compañeros que secretamente la envidian y abiertamente la evitan. Es la “estudiosa consen de la maestra Fina”. Por otro lado, saben que fracasó en “la fotografía con el Presidente””. Será “la que perdió en la Dirección 5” y “no estará entre los mejores estudiantes de sexto del país”. En eso piensa Miguel, segundo lugar en su escuela o primero de los perdedores, cuando le grita: “lero lero”, “yo si hubiera ganado”, gruñe un Miguel que se siente alegre por la derrota, triste por no ser el quien se encuentra al frente.
Todo inicia cuando escucha al Director dirigirse al público: “¡Buenos días, estamos aquí para celebrar que una de nuestras alumnas…” Las piernas de Elisa tiemblan.

El Profe Juan

“ …Me cae que no lo creo. ¿Acaso funcionó la porquería que presentó la de Biología? ¡Si nunca se abrió la famosa célula! ¿Y el menso de Química? Su experimento nada más nos asustó, todos creímos que incendiaría la mesa ¡papanatas! Nuestro robot fue el más celebrado, la Profa de la Coordinación me felicitó, todos los chavos aplaudieron, la Directora hasta foto se tomó con él y ¿Para qué? Para que la representación de la secundaria la hagan Felipe el de Química (a ver si incendia las oficinas de la SEP) y Lorena la de Biología (con su pinche célula). Me cae que no vuelvo a entrar a su Feria de Ciencias, ¡Feria de malas conciencias! Mira que “descalificar a Juanito porque nunca entregó la planeación de la clase y no sabemos como se realizó el robot ¿Qué tal si lo compró?” ¡Cabrones! Pero más lo siento por mis chavos, me cae que se esforzaron un buen, además de lo que gastaron, porque eso fue, un gran gasto no una buena inversión”.

El Profe Juan se aleja con pasos lentos y las manos en los bolsillos. Siente que le robaron, que la traen con él porque es el único que se queja de las decisiones, imposiciones dice él, de la Dirección. Con una extraña combinación de coraje, frustración y tristeza va por sus cosas con la boca seca y una creciente comezón en el cuello. Nunca la había sentido.

La Feria de Ciencias de la Secundaria ha concluido dejando insatisfechos a todos, menos a los ganadores. Nadie entiende porque no tomaron en cuenta el Robot de Newton que presentaron los de segundo, los alumnos del “Profe Juan”. Antes de subir al aula de académicos, se oyen los gritos y el correr apresurado del Lic. Luis, subdirector recién nombrado, El Profe Juan voltea y escucha: “¡Juanito!, ¡Juanito! dice la Dire que para mañana nos preste su robot, lo llevaremos a la SEP para la próxima etapa” --“Si como no-- piensa Juan, ¡al rato lo desarmo que!”

Israel

--¿Cómo se llama el lesionado? Indaga un indiferente policía que al recibir el llamado de auxilio terminaba una coca helada. --Israel Beltrán-- apunta el paramédico, ocupado en la cabeza del encorbatado que sangra profusamente. --¿Ocupación? –Maestro universitario—responde el adolorido catedrático. --¿Pos que andaba haciendo tan noche? Pasan de las diez-- afirma la “pareja” del oficial. --Salí de una reunión del Claustro de Posgrado—informa lastimeramente quien acaba de ser asaltado y golpeado con la cacha de una pistola (“pa que aprenda a respetar” espetó su agresor al pedir que le dejaran sus credenciales) --¿Castro Leningrado?—no que Beltrán – reclama el policía, --ya dejen que lo atienda-- solicita el paramédico que se ha decidido por tres puntos de sutura sagital en la región golpeada.

Esa mañana Israel preparó el legajo que emplearía para la reunión del Claustro. Representaba la ocasión perfecta para expresar muchas de las inquietudes que a lo largo del semestre se habían acumulado; era importante no desaprovecharla porque sólo se realizaba una cada seis meses. Se sentía incómodo, sentía que nunca había tiempo para intercambiar opiniones con los demás. El Presidente de Academia jamás los citaba “a lo largo del semestre” como invariablemente se comprometía. Israel era muy reconocido por su labor, los alumnos lo solicitaban a pesar de su fama de exigente y el tenía proyectos permanentes que sorprendían a coordinadores, directores e incluso al rector. Como nunca antes, el desánimo lo invadía; era casi imposible concitar el trabajo colectivo, coincidir con sus pares, participar en debates y conformar por fin un verdadero Colegio de Posgrado. La vida universitaria que llevaba era muy diferente de la que había pensado. Siempre trabajando en forma individual, corriendo para dar clase de 19 a 22 y, concluida la jornada, retirarse sin haber siquiera saludado a otro profesor.

Llegó puntual a la cita, el Director los llenó de gráficas, de estadísticas, de cuadros comparativos. Entregaron reconocimientos a los mismos de cada semestre, el Presidente de Academia alabó el trabajo que sabía inexistente, prometió la publicación de un boletín del Claustro (otra promesa de cada reunión) en donde todos tendrían cabida. Discreta y verdaderamente cansado vio la hora: 21.50 ¡Otra junta perdida! Mientras el Presidente seguía como candidato en campaña, se disculpo salió y decidió no subir a su auto, necesitaba caminar para despejar sus ideas y decidir sobre su futuro. La Universidad, al parecer, no daba para más.

I. Educadores y adecuadores: la inefable connivencia

El concepto profesor abarca una multiplicidad de matices, desde una vida triste y desencantada hasta la rica y creativa práctica pedagógica resultante de un elevado sentido de la vocación. Enseñar con seriedad es poner las manos en lo que tiene más de vital un ser humano. Es buscar acceso a la carne viva, a lo más íntimo de la integridad de un niño o de un adulto. Un maestro invade, irrumpe, puede arrasar con el fin de limpiar y reconstruir.
George Steiner

La realidad del proceso educativo supera ampliamente las vivencias de Elisa, Juan e Israel, sin embargo, estas anécdotas rescatadas de una primaria en Xochimilco, una secundaria en Iztacalco y una universidad privada de la que se hace una muy buena descripción de las reuniones del posgrado, retratan con fidelidad algunos de los principales rasgos que caracterizan a nuestro Sistema Educativo Nacional:
Ø La celebración del fracaso. Si bien es cierto que la ceremonia de entrega de Diploma es importante para una sola persona, Elisa, el proceso educativo debe buscar el bien común. No hay centro educativo de educación básica en el que no se celebre el ya merito: casi ganamos el concurso de coro, nos fue muy bien en el evento Benito Juárez, Nos robaron el primer lugar. Cada día y con múltiples razones para celebrar, se pierden valiosas horas de labor docente, horas que pudieran emplearse en acciones a favor de la comunidad educativa y del aprendizaje colaborativo, por ejemplo.
Ø La producción de frustraciones colectivas. En educación básica hay concursos de canción popular, del himno nacional, de Benito Juárez, de la olimpiada del conocimiento, del parlamento infantil y de tantas otras cosas que el ciclo lectivo salta de concurso en concurso; todos ellos con una peculiaridad: pocos o solo uno gana y los demás, la gran mayoría, pierden. Eso menoscaba la relación inter grupal, la relación de uno a uno entre los alumnos y concita los enfrentamientos (el clásico grupo A contra el grupo B), lo que a la larga arroja a la sociedad no generaciones de egresados, sino estudiantes enfrentados que llevan su resquemor, su derrota, su enfrentamiento más allá de la escolarización por lo que, en ocasiones, sigue siendo parte de la vida del ciudadano en ciernes aún después de terminar el ciclo escolar.
Ø La obediencia antes que la creatividad. Para un sector importante de administradores educativos, el éxito en el aprendizaje, la creatividad, la proactividad y la innovación pasa a segundo término cuando se enfrenta con la disciplina, la obediencia, el respeto al sistema y a los superiores. La feria de ciencias relatada ocurrió y el desprecio por el trabajo del profesor fue real. El profesor, cuyo verdadero nombre se omite, era el más querido por los alumnos, el más comprometido, el participativo, el cuestionador, el que siempre proponía cauces de acción paralelos o inclusive alternos a los oficiales. Hoy ha dejado sus 19 horas frente a grupo impartiendo física y maneja un taxi de sitio. Gana más y es su propio patrón.
Ø El cumplimiento y por ende la entrega oportuna de la documentación escolar antes que el aprendizaje y éxito de propuestas viables. Si algo nos enseña la historia es que hacer las cosas como se espera que se haga y como es política y socialmente correcto no siempre es la mejor forma de hacerlo, vamos a veces, no es al menos la correcta. Colón contradijo las convicciones de su época, Einstein fue tan mal estudiante que sus calificaciones eran reprobatorias, Copérnico movió a la tierra del centro y coloco al Sol en su lugar. La historia ofrece ejemplos múltiples de situaciones, métodos o personajes que se atrevieron a no obedecer, a pensar diferente y que al cabo del tiempo, se demostró tenían razón. El sistema educativo jamás permite la divergencia, la persigue, la agota, la castiga. La entrega del avance es mucho más importante que el proceso educativo que retrata o falsea, el reporte de actividad puede contener acciones nunca realizadas pero su entrega convalida la función del supervisor. El papeleo burocrático-escolar antes que el proceso de aprendizaje de los aprendientes es una lacerante realidad en los tres niveles en los que me desenvuelvo.
Ø La inseguridad citadina como muestra tangible del fracaso de un proceso que debiera ser colectivo, no individual. Jurjo Torres afirma que el dominio del mercado ha ganado terreno de una forma que se confronta con las personalidades que no ven adecuada esta situación; ello ha provocado que hoy en día quienes se preocupan por la solidaridad, la justicia, la ternura y el respeto a la vida del otro, son tildados de utópicos, anticuados, pasados de moda. La inseguridad, la contaminación, la corrupción y el desempleo, por citar algunas situaciones de nuestra cotidianidad, son expresiones de entes individuales que no se asumen como parte de una colectividad de cuyo desarrollo son corresponsables. Los planteamientos colectivos como el Tequio zapoteco o el ejido y la responsabilidad comunal, son cada vez más referentes de épocas y visiones pasadas. El sistema educativo educa en la soledad, en la competencia, en la individualidad y el éxito personal a toda costa. No importa que arrolles a los demás, no importa que dentro de los demás estén la tierra, el agua y el aire que sistemáticamente contaminamos, si con ello alcanzas “la cima”.

Desde el siglo pasado Gramsci, al describir con precisión el saber enciclopédico (en el que se asume al hombre como un recipiente que deberá atiborrarse de múltiples datos), oponía una visión distinta que bien podría aplicarse a los fines de la educación. Desde su larga prisión caracterizaba la cultura como algo muy distinto a lo que se decía de ella; para él implicaba la disciplina del propio Yo interior, la conquista de una conciencia superior, la comprensión del propio valor histórico, la propia función del sujeto en la vida, los propios derechos y deberes y la asunción de ellos por cada italiano, por cada ciudadano del mundo. Quizá la educación que desarrolle una visión enfocada hacia el aprendizaje, deba compartir muchos de estos preceptos: el autocontrol, la autoestima, la seguridad, la aceptación personal, la importancia del sujeto ante él y su circunstancia y su capacidad siempre creciente de creación y construcción colectiva.

La educación en nuestro país se caracteriza aún por el saber enciclopédico, por la obsesión en el cumplimiento del programa, por el ejercicio abusivo del poder, por la competencia individual, por el trabajo descontextualizado, por la crítica irreflexiva, por la reproducción de saberes, por la coacción, por la realización individual, en detrimento del éxito colectivo, en detrimento de la creación y concientización de ciudadanos, afirma Giroux.

El sistema educativo está muy lejos de buscar la colegialidad; se vive un aislamiento permanente, una rutina laboral que impide la discusión con los pares. Es impensable pagar horas de descarga académica o proponer pagos por horas extraordinarias porque quien sufre es la eficiencia, la eficacia. Los nuevos parámetros escolares responden a necesidades pseudoeconómicas en vez de hacerlo a las necesidades humanas. La escuela, las universidades se nutren de la sociedad y a ella se deben, pero la sociedad, muy lejos de ser una colectividad es un complejo entramado de individualidades azarosas.

La problemática de un planteamiento educativo así caracterizado, crece cuando los expulsados del sistema escolar se suman a la sociedad. Muchos de estos fracasados escolares se incorporan en múltiples formas a la vida laboral, en el mejor de los casos, de formas como:
Ø Una relación dependiente y desventajosa gracias a la cual participan en el circuito laboral formal o informal obteniendo por su trabajo productos (salario, renta, subsidios) permanentemente insuficientes y por ende, una mínima capacidad de demanda de bienes y servicios (el nefasto círculo de la miseria)
Ø Involucrándose en actividades ilegales en las que por medio de la violencia y la coerción se apropian del producto generado por los demás desvirtuando con ello la vida en sociedad y el desarrollo colectivo. Esta situación genera una sensación creciente de fracaso personal, de nula realización y de angustia permanente.
Ø Formando parte del inacabable ejército de reserva, definido por Marx, gracias al cual su participación del producto societal es cada vez más inequitativa.

¿Para eso estamos educando? El sistema educativo es copia fiel del sistema productivo, del imperio de la economía y el rendimiento a toda costa; está diseñado para unos cuantos afortunados, ya que la gran mayoría ante el agotamiento del modelo productivo capitalista que vivimos a nivel mundial, vive niveles crecientes de stress al tener que incorporarse al precario mercado de trabajo (selectivo, mal pagado, sin seguridad social de índole alguna) debiendo conformarse, tal como esbozamos líneas arriba, con niveles de ingreso decrecientes e insuficientes. La educación de y para las minorías. La explotación como futuro cierto. Lo que la mayoría de la población disfruta no es un sistema educativo, es un sistema adecuativo: una realidad educativa que los adecua, los conforma, los aliena.

La educación ha generado productos fácilmente identificables. Tenemos entre los más importantes:
Sociedades cada vez más agotadas en sus términos de relación y de construcción colectiva en las que se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas; producto de un sistema educativo que no crea ciudadanos conscientes de sus derechos, exigentes con sus gobernantes y responsables con su entorno;
Individuos cada vez más enfocados a la transgresión ética pues gracias a ella lograrán participar de las bondades de la corrupción, la inmoralidad económica y la exfoliación de sus semejantes;
Escuelas cada vez más ajenas a lo sucedido en la sociedad y configuradas como Claustros del saber pero no del aprender, proveedoras de conocimientos pero no formadoras de ética, sitios de premio y castigo para la preparación de individuos alienados pero no de colectividades propositivas, innovadoras y transformadoras de la brutal realidad, realidad que acaba con los recursos hídricos, que devasta los bosques, las selvas, las praderas, que socava la vida en común y que defenestra al Estado mismo siendo una de las grandes plagas a nivel mundial la generación de camadas de gobernantes para las élites, no para los ciudadanos.

La escuela es un espacio aislado de la realidad, donde además de que no se produce el saber sino se replican los saberes ajenos y donde, lo peor, lo que se sabe tampoco se aplica; de acuerdo con Colom, la escuela pudiera ser un mecanismo transmisor de una realidad inexistente. La educación como adecuación.

II. Los retos del profesorado: El enfoque aprenditivo

A los profesores, a los docentes, a los académicos debemos entenderlos más de los que ellos mismos se entienden
Sobre una idea de Jürgen Habermas

En condiciones normales no dañamos lo propio. Todo aquello que consideramos como pertenencia lo protegemos, lo procuramos, lo mantenemos y de ser posible, lo acrecentamos. Gardner al comparar las sociedades partícula con las sociedades campo, confronta la visión educativa con la aprenditiva: la educativa es inherente a una sociedad partícula en la que la autonomía y la libertad del individuo son lo más importante. En una sociedad de campo se muestra la aprendición al expresar: Yo soy los demás. En este sentido, si los demás me pertenecen los procuro, si el entorno es mío, lo cuido. No se cultiva la parcela ajena, se estimula el crecimiento y desarrollo de lo propio.

Lo aprenditivo es incluyente, es responsabilidad compartida, es trabajo en colaboración. El enfoque aprenditivo aboga por una visión del bienestar colectivo y el crecimiento conjunto: de nada sirve un triunfador en un mar de perdedores, de poco vale un representante ante tantas voces acalladas; es por demás hablar de lo que me beneficia, hagamos lo que nos beneficia.

El quid es la generosidad. Lo aprenditivo abreva de la generosidad humana que se realiza al compartir, se realiza al respetar y se regodea al tolerar, al incluir y al aceptar. Un movimiento escolar hacia lo aprenditivo tiene la obligación de preparar a los docentes que devendrán académicos en tópicos como:

Visión de largo plazo.- En educación todo lo que se sabe mañana pudiera ser cuestionado, pudiera ser falso. Pero no todo lo que se hace. Lo que los jóvenes aprenden en la escuela son formas de obediencia y de inter relación, es el cumplimiento diario o el esfuerzo mínimo, es la búsqueda de respuestas o su memorización, es el respeto a los demás o la burla hiriente. La forma en que el ciudadano se inserte en su grupo escolar, como sea aceptado como sea respetado, se manifestará en su vida ulterior. Los docentes tienen el imperativo de asumir que están frente a ciudadanos en formación y deben proveerles de los elementos de análisis, de las habilidades de negociación y de la capacidad de expresión que la sociedad les reclamara. Ciudadanos obedientes, masificados, callados y conformistas son el material indispensable para el abuso, la corrupción, el voto manipulado y la injusticia permanente.
Respeto a las formas de aprender de los ciudadanos en ciernes.- La obsesión por el programa no garantiza el desarrollo societal. Respetar las formas de aprender de niños y jóvenes implica dar a cada uno el lugar que merece, la palabra adecuada, la orientación precisa. La mayor parte de la gente entrevistada para un estudio en esta delegación Benito Juárez, afirmó dedicarse a algo que nunca pensó y lo peor, para sus tareas diarias lo conocido en la escuela no es relevante: las operaciones se hacen con calculadora, los verbos los empleo sin reparar en el tiempo o el modo que empleo, la historia es cosa del pasado y la ciencia entretenimiento de los genios de laboratorio. “Fui porque necesitaba el papelito para la contratación pero una vez contratado, nunca más lo necesité” Así se expresa Rosa, recepcionista en una despacho de la calle Moras, refiriéndose al certificado de bachiller. Esto significa entre otras cosas, exámenes a libro abierto, memorización consciente, aplicación de lo aprendido en situaciones reales e inmediatas.
Flexibilidad.- El académico debe ser sometido a lo inesperado. Tiene que vivir la inseguridad, abandonar sus certezas, sufrir la incertidumbre. Todo ello con el fin de flexibilizar sus formas de interpretar, de hacer, de convivir; con la finalidad de adaptarse permanentemente. El cambio a una velocidad vertiginosa es lo que caracteriza a la sociedad actual. Académicos con capacidad de adaptación, con flexibilidad para la reorientación, con intereses múltiples y disímbolos propiciarán procesos aprenditivos, caracterizados por la fluidez en la aplicación de lo aprendido, por la capacidad de crecer en conjunto.
Trabajar en colaboración.- La vida del docente es una vida solitaria. No hay horas de descarga, no hay colegialidad técnica, no hay congresos, simposios, reuniones en las que pueda ser orientado y orientar. Sus haceres cotidianos los define el individualismo, la receta sabida, el currículo conocido. Es menester conformar formas de trabajo en colaboración en las que los docentes sean escuchados, se atiendan sus necesidades administrativas, se les provea de material bibliográfico y del tiempo para revisarlo, para discutirlo, para aprehenderlo. Es imprescindible que a partir de hoy se considere al docente, desde el jardín de niños hasta el posgrado como un ciudadano en formación, en perfeccionamiento constante y en aprendizaje verdadero, actual, significativo. Únicamente así el cuerpo docente desplegará toda su generosidad, se sentirá parte de una sociedad que lo valora y se sabrá responsable de las consecuencias de sus acciones.
La generación de un bloque histórico en beneficio de la sociedad.- El enfoque hacia la aprendición implica que el profesorado cree conciencia de clase, se acerque a los individuos, propicie su desarrollo, sea parte de su realización personal y genere participación política. La educación se ciñe a lo que se debe conocer, a lo que se debe saber; en contraposición, en la aprendición se conoce, se sabe, se aprende para la acción coordinada, para la participación colectiva, para la política intelectual y razonada. En estricto apego a lo propuesto por Gramsci, la aprendición posibilitará que cualquier ciudadano devenga dirigente; esto es, quien dirige, orienta, conduce a favor de la gente. La aprendición generará una escuela que eduque a los ciudadanos para desempeñarse como equipo, como conjunto y no como individuos; esta capacidad les dará un importante papel dirigente para la sociedad, para el desarrollo, para la justicia, la razón, la equidad, para vivir la democracia no la electoralidad que hoy nos ahoga y nos confronta. La aprendición generará una escuela que no hipotecará el futuro de la niñez como fue hipotecada la nuestra. Hipoteca que hoy por hoy es sumamente gravosa y, lo peor, impagable.

Mencionaré algunas de las enormes omisiones de nuestros gobernantes, quienes al carecer de una visión colectiva, al no contar con visión de largo plazo y al mostrar un desinterés creciente por la ciudadanía y sus necesidades han impedido la existencia de:

La universitarización de la docencia.- La creación de una facultad de pedagogía en la Universidad Nacional, eventualmente abrirá el camino para que muchas Universidades estatales tomen en serio la formación de profesores para todos los niveles. La UPN se caracteriza por la politización, la depauperización curricular y por estar enfocada eminentemente al nivel básico. Es obligación del Estado, de gobernantes con visión de Estadistas dar forma, cauce, presupuesto y operación a la Facultad de Pedagogía en cada universidad. Vamos, La conformación de sus cuadros docentes y de sus cuerpos académicos.
La transformación de la currícula.- La pretensión enciclopédica de los currículos actuales en nada ayuda al desarrollo nacional. El currículo se he convertido en un gran cernidor, en el obstáculo permanente para que la gente se aleje de los centros escolares. Es fundamental orientar el currículo hacia la realidad, hacia el aprendizaje significativo, hacia la aprendición. Una gran cantidad de ciudadanos abandonaron el ciclo medio superior porque, por ejemplo, nunca aprobaron Matemáticas V (geometría analítica y principios de cálculo); lo peor es que muchos de los que aprobaron ¡Jamás la han empleado! Es mucho mejor la formación en valores, el desarrollo de las capacidades de negociación de los aprendientes, la capacidad para construir acuerdos, para conducirse democráticamente, para encontrar información.
La descarga académica.- El presupuesto educativo deberá acrecentarse y redistribuirse. La colegialidad será siempre una utopía en la medida en que no se le brinde al profesorado la mitad de su sueldo como expresión de su preparación permanente. Desde el jardín de niños hasta el posgrado, los docentes tienen que ser retribuidos con 20 horas frente a grupo y 20 horas fuera del grupo. Esto además posibilitará su asistencia a coloquios, a foros, a librerías, a actos académicos que coadyuven a la realización de su trabajo académico. El enfoque aprenditivo implica el intercambio académico, las estancias profesorales, la discusión colectiva, el trabajo a favor de la sociedad. Un docente del DF que visite una escuela en Oaxaca merced a un intercambio académico y que viva tres meses observando, registrando y reflexionando sobre la práctica ajena, sobre la realidad de los Loxicha, sobre las carencias de los Mixes, sobre la explotación que se vive en la sierra Juárez, sobre el abandono del campo y el control de los caciques, que viva en carne propia la realidad de los zapotecos que dejan las escuelas por plantar agave a cambio de diez pesos diarios y que vea a niños de 6, de 7 años trabajando como adultos, mejorará su práctica citadina y cobrará plena conciencia de las ventajas con las que la ejerce. Quizá hasta deje de quejarse de su magro salario y de las malas calificaciones de sus alumnos.

III. Conclusiones

Entre el punto de partida de la historia personal de un ser humano normal cualquiera y su edad adulta, hay una línea de desarrollo efectivo de la capacidad mental extraordinariamente más prolongada que la que se tiende entre los dos polos correspondientes en la historia de cualquier otro ser vivo no humano.
Sergio Bagú


Proponemos ahora algunas conclusiones concomitantes a lo antes expresado:

La educación no es el proceso social que por definición debiéramos realizar; la educación es un proceso individual que daña el tejido social.
Con el sistema educativo actual alcanzaremos un crecimiento importante, nunca un desarrollo permanente.
Las prácticas educativas son invasivas, irrespetuosas, egoístas, denigrantes y adolecen de una visión de corto plazo.
La educación ha garantizado el éxito de unos cuantos, sometiendo a los demás a los dictados de una clase política orientada hacia la satisfacción de los grupos de poder y desinteresada de las demandas sociales por salud, alimentación, empleo y desarrollo.
Las formas de hacer educativas deben dar lugar a formas de realizar aprenditivas
La propuesta de la aprendición implica un enfrentamiento directo con la educación tradicional; se confronta lo colectivo con lo individual
La aprendición implica la ruptura con el paradigma educativo devastador de la condición humana, deforestador rampante, irresponsable en grado sumo con las generaciones por venir, que propicia el conocimiento y el saber, no el aprendizaje, busca la credencialización no la realización humana, privilegia la acción propia, no la creación colectiva.
Pensar distinto y proponer en consecuencia es pertinente ante la irracionalidad social que vivimos. Describir lo que sucede sin solucionar la problemática detectada nos condena a la repetición y a la desaparción como especie.
No nos extrañe obtener el mismo pan si no hemos cambiado de harina.

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